domingo, 29 de junio de 2014

El Mundial de las redes sociales



Este un Mundial histórico, que marcará un antes y un después, y no solo por los resultados deportivos. La revolución digital, esa que pregonamos desde este humilde espacio, está acaparando el folclore del futbol. En Brasil 2014, por primera vez,  es más importante lo que pasa afuera, en las redes sociales y la web, que lo que sucede adentro de la cancha. 
Esta realidad es perceptible en el comportamiento de las hinchadas. Mientras que, históricamente, las rivalidades se dirimían en peleas, enfrentamientos cuerpo a cuerpo y batallas campales, hoy todos los combates se libran en el cyberespacio. Basta escuchar atentamente los cánticos que se dedican en los estadios para dar cuenta de este curioso comportamiento:
-"Brasilero, compadre, el facebook de tu madre, te hackeamos dos twitter, te copamos las redes, retocamos tus fotos y te chateamos en tus foros... te chateamos en tus foros..."
-“Brasilero, brasilero, que amargado se te ve, no tenés ni banda ancha, nosotros tenemó 3G”… "
-"Vení, vení, vení, hacete una selfie, se vuelven a Inglaterra sin el GPS "
-"No tenemos batería, ni crédito de celular, pero tenemos a Messi, que te la manda a guardar".
-"Oy, oy, oy, oy, twittearon todos, que pocos son". 
-"Me parece que Italia, no tiene whatsapp... me parece que Italia, no tiene whatsapp, porque android, porque android los cagó..."

domingo, 22 de junio de 2014

¿Qué le pasa a la Selección Argentina?

Los problemas que aquejan al selecccionado Argentino de fútbol, sépanlo, no son meramente de índole técnico-táctico. Los periodistas deportivos y los opinólogos podrán pasarse días debatiendo sistemas de juego, cambios posicionales y demas pavadas, pero la matriz de todos los malestares está en la tecnología.
Hay internas en el plantel, que la habitación de Messi tiene mejor señal que la de Biglia, que Lavezzi publicó una selfie en la que Demichelis salió despeinado, que Agüero tiene a Tevez de amigo en facebook... un montón de focos de tormenta se están abriendo por cuestiones tecnológicas. Sabella, el DT, como cabeza del grupo, encerró a los líderes en una habitación para resolver las cosas cara a cara. La reunión no prosper y desconcertó un poco a los jugadores, desacostumbrados a estas prehistóricas costumbres de comunicarse personalmente.
-¿Y si hacemos un grupo de whatsapp para decirnos todo? -propuso Masche.
-Ya tenemos un grupo, pero lo usamos para pasarnos videítos -contestó Messi.
-¿Y a mí no me agregaron al grupo? -se ofendió el volante del Barcelona.
-¿Qué es el whatsappp? -preguntó, el entrenador.
-En otros planteles estas cosas se resolvían a las piñas, muchachos. Como guapos. Pero, al final, todo pasa -agregó Don Julio.
-Todo pasa menos el pedo que se le escapó, maestro. La comida brasileña le hace mal.
-Ya está, lo resolvemos como hombres -alzó su voz de líder, el 10 argentino-. Un desafío de play.
-¿Qué es la play? -quiso saber el técnico, pero ya no quedaba nadie en la habitación. Algunos corrieron como niños hacia la consola de videojuegos, otros huían despavoridos del olor que no pasaba.

 

jueves, 22 de mayo de 2014

Reglas de convivencia en grupos de whatsap

Ante la proliferación indiscriminada de grupos de whatsap (de ex-compañeros, cursos, madres y padres de colegios, clubes, etc.) creemos, como organizadores de la Revolución Digital, que es necesario pautar ciertas normas de usos y costumbres.
- Problemática: Usuarios que no comprenden los horarios usuales y pueden responder un "Gracias" a las 3 de la mañana. Solución: silenciar el grupo de noche y llenar de insultos al imbécil que escribe en horas inoportunas.
-Problemática: Charla intrascendente fuera de lugar. Si llevamos mate con bizcochitos o con pastafrola a una tarde en la plaza puede dar pie una cadena de 3000 mensajes sin sentido. Solución: silenciar el grupo, leer el último de los mensajes y sacar conclusiones.
-Problemática: La gente que no sabe cortar la charla. "Gracias" "De nada" "Faltaba más" "Estoy para ayudarte"... ¡¡¡y podemos estar hasta la eternidad!!! Solución: Silenciar el grupo.
-Problemática: La gente que manda fotos y/o videos pesadísimos, o fuera de lugar, y que no le interesan a nadie. Solución: Silenciar el grupo y resignarse.... el sentido común es muy poco común.
-Problemática: Todas las anteriores se mantienen en el tiempo y no se puede borrar del grupo porque queda como el culo y alguien se puede ofender. Solución: Tome coraje y borrese del grupo. No sea cagón. Si siente culpa, diga que ha optado por una vida alejado de la tecnología.

lunes, 12 de mayo de 2014

Selfies: metáfora de la revolución digital


En el último chat de la comunidad revolucionaria digital, el XII Simposio Internacional del Gigabyte, nos dimos cuenta de un gran problema, no teníamos escudo, logo, o una imagen que nos represente.

-La hoz y el martillo, eso es lo que nos falta -sintetizó un compañero el el chat.
-La pizza con faina -completó otro.
-¿Alguna sugerencia? -propuse.
-El mouse y el teclado, podría ser -sugirió otro paricipante, a modo de brain storming.
-¿Y las tabletas? El mouse y el teclado ya es obsoleto, pelotudo -contestó, un intolerante usuario, que rápidamente fue expulsado del chat antes que se arme una de las típicas escaramuzas virtuales.
-Amigos, esto es un tema serio, que hace rato debemos encarar... Es dificil encontrar algo que sintetice nuestra cultura de virtualidad, de autosatisfacción y aislamiento -me explayé en el tratamiento de la problemática a debatir.
-Forro -agredió, quizás el mismo usuario de antes, que había ingresado en el chat con otro nick. Nuevamente el moderador lo expulsó de la conversación.
-No se si es un logo, pero las selfies son un poco eso... No se necesita de nadie más que uno mismo para sacarlas, se comparten en red, son un poco egoístas... Es una metáfora de nuestros tiempos, del onanismo y la autosuficiencia. Analicémoslo juntos. -propuso una anónima y clarificadora voz.
-¿Quién te crees que sos, Platón? Flor de boludo sos...
-Andá a hablar de metáforas al chat de poesía, maraca.
-Analizame essssta...

El moderador optó por lo sano y cerró el chat ante la andanada de insultos. Un pco más calmados, pasado el vendaval, los revolucionarios fueron aceptando, siempre en privado, que la selfie es un signo de estos tiempos.

martes, 15 de abril de 2014

Semana Santa Digital

La Semana Santa es un tiempo de reflexión y porfunda religiosidad no solo para los cristianos. ¿En qué creemos los revolucionarios digitales? Nosotros tambien tenemos nuestra propia liturgia. Básicamente nuestra Fe está depositada en Alguien. Fue Alguien el que creo la compútadora, internet, etc. Alguien siempre nos salvará si tenemos Fe. Recordemos nuestros ritos para estos días.
Jueves, se celebra "el último chat":
"Alguien apareció en un foro de internet y recomendó un sitio de intercambio de archivos. "Vayan, descarguen y compartan", dijo Alguien. Y así, se creo una gran comunidad virtual. Un usuario medio complicado, un tal Jud@s, subió un archivo .exe con virus y se lo envió a Alguien contaminándole la máquina."
Los fieles festejamos la creación de los chats, las comunidades virtuales y las descargas directas.
Viernes, conmemoración de la "pasión y muerte del disco rígido":
"Alguien intenta desesperadamente salvar su rígido, pero es imposible. Resetea la compu, intenta pasar el antivirus, pero nada. Los programas y los archivos van desapareciando lentamente. Un calvario."
Para los creyentes es una jornada de recogimiento y lamento por cada computadora dañada por un virus.
Sábado, no pasa naranja.
"El ordenador de Alguien sigue muerto. Se busca un técnico capaz de hacer algo pero es sábado, dificil encontrar un alma caritativa dispuesta a mover el traste para ayudar".
El sábado es un día de reflexión en el que tratamos de entender por qué hay gente tan al pedo como para dedicarse a crear virus informáticos.
FESTEJAMOS el Domingo de "Backup"
"Al tercer día, Alguien resucitó su máquina con un viejo Backup."
Es una fiesta para nosotros, una reivindicación del backup que nos da fe y confianza para superar la muerte de cualquier disco rígido. ¡¡¡Aleluya, Alguien hace backup!!!

miércoles, 9 de abril de 2014

Postura del Movimiento Revolucionario Digital ante el Paro General



  • 1-    Apoyamos la huelga general de corte, netamente, digital. Sin transporte, la gente no tiene otra opción que quedarse en la casa, mirando tele, disfrutando un buen videojuego, navegando por internet o paveando en las redes sociales.
  • 2-   No consideramos al transporte público, ni la salud como servicios esenciales. Imprescindible es la luz, una buena señal de internet y celular.
  • 3-  Exigimos actualización al ritmo de la inflación, la real, de la memoria RAM de nuestras computadoras.  
  • 4-   Pedimos la creación inmediata de un programa de “Señales Cuidadas”, donde los ciudadanos podamos denunciar los lugares con baja calidad de señal.
  • 5-    Somos partidarios del paro pero no de la movilización. Hemos optado por el sedentarismo extremo como forma de vida, creemos que un par de tweets o comentarios en las redes sociales causan el mismo efecto que un corte de calle o un acto sin espectadores espontáneos.
  • 6-    Con el fin de la pacificación Nacional, convocamos al dialogo de todos los sectores para reconocer la necesidad de brindar al trabajador pausas de 15 minutos cada hora para jugar al Candy Crush, chequear el facebook y el twitter.
  • 7-    Demandamos el reconocimiento institucional de los revolucionarios digitales y su lucha contra la estigmatización y el linchamiento mediático estereotipado. No somos ñoños. Y, ya que fue removida la estatua de Colón, y quedo un lindo lugar al pedo, bien podría instalarse una antena de wi-fi o, en su defecto, un busto conmemorativo de Steve Jobs.

jueves, 3 de abril de 2014

Paro docente y revolución educativa



Ahora que las clases han iniciado es momento de contar la historia de, lo que pudo haber significado, un verdadero avance en materia educativa en el país. Como suele decirse, no hay que dejar pasar el tren de las oportunidades o, como decimos estos días, cuando tenés buena señal, aprovechá a mandar mensajitos. Estas semanas de huelgas docentes presentaban una ocasión inmejorable para dar el puntapié inicial a la revolución digital en las aulas. Ni lerdo ni perezoso, y con mucho esfuerzo, me apersoné en el Ministerio de Educación para hablar cara a cara con las autoridades.
Me presenté como titular del P.R.T. (no especifiqué que esas siglas respondían al Partido Revolucionario Tecnológico) y argumenté que tenía una excelente propuesta para solucionar el conflicto con los maestros. Quizás confundido, creyéndome otro líder sindical, o tal vez porque ya no tenía mucho que perder, el Ministro, en persona, me recibió en la sala de reuniones sin exigirme demasiadas credenciales.
-Me informan que tiene una propuesta para destrabar las negociaciones con los docentes… Lo escucho –arrancó, escueto, el Titular de la cartera de Educación.
La sala era amplia, con una gran mesa de roble y doce modernas sillas alrededor. Además del Ministro, quien ocupaba la cabecera y jugueteaba en una computadora portátil que estaba conectada a un proyector, estaban dos secretarios o asistentes que tomaban nota de lo que acontecía. Junté coraje, me puse de pie y arranque mi alocución.
            -Tengo un plan muy arriesgado pero no imposible. Mi agrupación cree que el sistema educativo es vetusto, anacrónico y sin sentido. ¿Para qué seguir discutiendo con maestros cuando son completamente prescindibles? –dije para crear una expectativa en la audiencia.
            Los presentes me miraron sorprendidos por mi atrevimiento y por mi soltura para expresarme. El dirigente me hizo un ademán indicándome que continúe.
            -La solución es muy sencilla. Educación a distancia, cursos online o como usted prefiera llamarlo. Chau maestros, no más aulas, adiós personal no docente…En definitiva, basta de problemas. Solo podría haber conflictos de tráfico web o algún que otro pequeño detalle de programación, nada que no se pueda resolver. Si hasta ya han repartido millones de notebooks entre los alumnos… ¡Qué mejor oportunidad para sacarles provecho! –concluí con mucho ímpetu.
            Las autoridades sonrieron, se miraron y quedaron esperando la respuesta del Ministro, la única voz con poder.
            -No está mal… Nos ahorraríamos unos cuántos pesos, ni hablar los negocios inmobiliarios o de otra índole que se podrían generar con la infraestructura edilicia que quedaría vacía. Desde el punto de vista pedagógico… ¿será viable? –preguntó el Ministro.
            -Mi mujer hizo un curso de corte y confección online y, debo admitir, que ha mejorado notablemente haciéndome los dobladillos –aportó uno de los secretarios.
            -No tengo estadísticas en este momento, pero es innegable el auge de este tipo de enseñanza en el mundo –agregué.
            -Hablando de estadísticas, ¿trajo un Powerpoint con gráficos de tortas, porcentajes y esas cosas? –consultó el funcionario.
            -¿Cómo? –titubeé, sorprendido.
            -Si trajo un archivo de presentación de su propuesta… Al ministro le gusta ver las cosas en Powerpoint y, cuantos más efectos tienen las diapositivas, mejor. Para eso tenemos esta sala y el proyector –explicó el otro secretario.
            -Perdón, pero, la verdad, no vine muy preparado –me excusé.
            Supe que era el fin. Las miradas decepcionadas se posaron sobre mí. En segundos pasé de sentirme como un revolucionario en materia educativa, a verme, a mí mismo, como un simple vendedor ambulante, un chanta.
            -Lo lamento, sin presentación en la pantalla, no podemos tomarlo seriamente –sentenció el Titular de la Cartera Educativa, invitándome a retirarme.
            Ese fue el fin de la aventura. Otra batalla perdida en esta lucha contra la analogía. Otra rayita de señal que se pierde.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Diario de un revolucionario digital - 3 - Sala de espera


Créase o no, lamentablemente, todavía existen actividades que no se pueden hacer online. Una de ellas es el dentista. He intentado curarme una caries con algún video de youtube o un sano consejo del Dr. Google, pero, hay que admitir, resulta difícil. Lo cierto es que por un simple dolor de muelas tuve que pedir turno, con un mes de antelación, para visitar, personalmente, al citado profesional.
Me presenté en el consultorio quince minutos antes de mi hora con mi mejor buena voluntad. No le temo al dentista, sufro con la espera. Al menos en la actualidad con el smartphone uno puede pasar amenamente sentado el tiempo sin aburrirse demasiado. Revisar el mail, twitter, un jueguito o navegar por internet hacen todo más llevadero.
El problema fue descubrir que en lo de mi dentista ¡no había señal de celulares, ni wifi! Traté de no entrar en pánico y me dirigí al revistero en busca de consuelo. Creí que las revistas habían desaparecido, que ya nadie las leía en papel y se habían dejado de editar, y, por la antigüedad de las que encontré en la sala de espera, mi teoría parecía acertada. La publicación más reciente era del año 2008, tenía los crucigramas resueltos y la mitad de las hojas arrancadas. Volví a mi asiento y traté pensar en otras cosas, “¿cómo pasaba esas inagotables amansadoras en mi infancia?”, me pregunté. Añoré aquellos tiempos en que no necesitaba mucho para entretenerme y decidí revivirlos. Invité a una señora, sentada a mi lado, a jugar al “Veo, veo”. Supuse que cambiarse de asiento fue su manera de darme una respuesta negativa.
Pasaba el rato, nadie entraba ni salía del consultorio y la gente seguía apilándose en la sala de espera. Habían pasado ya veinte minutos y me sentía sofocado. Con el tiempo me he mimetizado con mi celular, si falta señal, me falta el aire, necesito 3G para respirar. En momentos así es cuando surge en mí el revolucionario, el justiciero. Me levanté del asiento y me paré en el medio de la sala.
-¡No seamos cobardes, carajo! Reclamemos que pongan una antena para celulares en el consultorio o al menos que impriman revistas nuevas –arengué a los demás pacientes (¿de las cantidad de horas de mansa espera que soportamos vendrá el término pacientes?)
Nadie pareció hacerse eco de mi reclamo y, un vivillo recién llegado me birló descaradamente el asiento.
-¿Cómo podemos esperar así, como animales rumbo al matadero, sin siquiera un mínimo de entretenimiento? –continué mi discurso al ver que ya no tenía donde sentarme.
La gente parecía mirarme como a un loco lindo, una atracción de circo. Me pareció que alguno me tomó una foto con el teléfono, no sé si para denunciarme o porque esperaba algún tipo de show de mi parte para entretenerlos. La única que parecía haber tomado nota de mis reclamos fue la secretaria del doctor quien me indicó, discretamente, que me acercara.
-El doctor ya se libera y usted es el próximo, mientras espera ¿le puedo ofrecer un café o quiere usar mi computadora un rato, le puedo dejar un solitario? –propuso para calmarme.
-Tengo dignidad, no acepto sobornos, hágaselo saber a su jefe –respondí con altura.
La secretaria se fue a ver al dentista, a los pocos minutos salió el paciente que estaba siendo atendido y me pidió que pase al consultorio. El dentista me estrechó la mano y me invitó a sentarme. Todo muy profesional, él sabía que estaba en falta y que yo era un hombre duro. No se habló del tema de la espera, las palabras sobraban. Le mostré la muela que me atormentaba y me la solucionó. Antes de irme, se ofreció gentilmente, a modo de compensación por el mal rato pasado, a revisarme el resto de la dentadura. Con un martillito me fue golpeando cada uno de los dientes. Me dijo que estaba todo perfecto y me fui. A la media hora sentí que todos mis dientes se habían aflojado. Llamé a la secretaria para pedir turno pero no tenían nada hasta dentro de un año y me cortaron. Volví a llamar y me atendió el contestador automático.
La lucha por la Revolución Digital tiene estos contratiempos, esperemos que algún día existan buenos dentistas online.