jueves, 29 de agosto de 2013

Crash de productividad

Para la horda de seguidores que inundaron la casilla de mail preguntando por qué la demora, por qué no aparecía nada nuevo en el blog, a ese público ansioso por leer las desventuras de este cronista, debo confesarles algo: me hice adicto al Candy Crush. Esa es la razón de mi tardanza, de la debacle en mi productividad.
Tanto había leído sobre el maldito juego, que decidí probarlo. "Ni en pedo me engancho" pensé... Y al otro día ya había pasado más de seis horas seguidas embobado frente a la pantalla.
Ahora, un poco más calmo, e intentando recuperarme puedo ver todo con más claridad... ¿Será cierto lo que dicen, que el Candy Crush fue creado por unos malignos seres de Recursos Humanos para probar que los empleados pierden el tiempo?... Porque, además de adictivo, nos hace perder la razón... ¡Sale publicado en facebook! Cuando dice "Beto alcanzó el nivel 8 de Candy Crush Saga" en realidad significa, "¡¡¡Beto boludeó 8 horas seguidas!!!" y todos nuestros amigos se enteran... ¿Es necesario que todos sepan en qué dilapidamos nuestro día? Que nos señalen con el dedo diciendo "ahí va el vago que llegó al nivel 12". El candy crush saga es como un Hansel y Gretel digital, va dejando rastro, en facebook, de nuestra holgazanería.
El jueguito, en apariencia inofensivo, oculta un mensaje bastante ambivalente... Hay varias teorías sobre esto, algunos opinan que es un entretenimiento creado por los kiosqueros, cuyos intereses corrían serios riesgos por el avance de la "onda sana y comida saludable". "Entre los nutricionistas y los dentistas, ya nadie come caramelos... el Candy Crush llego para salvarnos... ¡Es el Mesías!"
En la vereda opuesta, los más prestigiosos teólogos, semióticos y urólogos afirman que los dulces son la continuación de la manzana de Adán y Eva, la tentación misma. "El mal siempre vuelve a las fuentes... si uno se engancha con el Candy Crush, lo más probable es que, de tanto pavear, lo terminen echando del trabajo, dejándolo en bolas,como dán y Eva."

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